¿Sabías que sentir sueño durante el día o falta de entusiasmo podría ser una señal de alerta en los adultos mayores? Un estudio reciente, publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología, sugiere que estos problemas de sueño podrían estar relacionados con un síndrome que, a largo plazo, aumenta el riesgo de desarrollar demencia.
Este síndrome, llamado síndrome de riesgo cognitivo motor, es un estado en el que la persona presenta una velocidad lenta al caminar y algunos problemas de memoria. Aunque no implica una discapacidad de movilidad o demencia, suele ocurrir antes de que esta última se desarrolle.
¿Cómo se realizó el estudio?
El estudio incluyó a 445 personas de aproximadamente 76 años que no tenían demencia. Al inicio, se les realizaron evaluaciones de sueño y se les preguntó sobre problemas de memoria. También se midió su velocidad al caminar en una caminadora, y estos aspectos se evaluaron cada año durante tres años en promedio.
Las preguntas sobre el sueño incluían si tenían problemas para dormir porque se despertaban en medio de la noche, tardaban en quedarse dormidos o si necesitaban medicamentos para conciliar el sueño. Además, se evaluó la somnolencia diurna excesiva, preguntando con qué frecuencia les costaba mantenerse despiertos al conducir, comer o en actividades sociales. También se indagó sobre su nivel de entusiasmo para realizar sus actividades diarias.
Al inicio del estudio, 42 personas tenían el síndrome de riesgo cognitivo motor, y otras 36 lo desarrollaron durante el tiempo que duró la investigación. Los resultados fueron claros: el 35.5% de las personas con somnolencia diurna y falta de entusiasmo desarrollaron el síndrome, frente a solo el 6.7% de quienes no presentaban estos problemas.
¿Qué significa esto para la salud mental en la vejez?
Si bien el estudio no prueba que los problemas de sueño causen el síndrome, sí muestra una fuerte asociación entre ambos. Según Victoire Leroy, MD, PhD, autora del estudio y miembro del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York, este hallazgo subraya la importancia de detectar problemas de sueño en adultos mayores. Tratar estos problemas podría ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en el futuro.
Sin embargo, el estudio presenta una limitación: los datos del sueño fueron reportados por los propios participantes, lo que significa que podrían no recordar todos los detalles con precisión. Aún así, estos resultados destacan una posible área de intervención para mejorar la calidad de vida y el bienestar cognitivo en la tercera edad.
En conclusión, si eres adulto mayor o tienes familiares en esta etapa, prestar atención a la calidad del sueño y el entusiasmo por las actividades cotidianas puede ser clave. Consultar con un especialista en sueño podría marcar una diferencia en la salud cognitiva a largo plazo y ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas.