Los refrescos pueden provocar mayor agresividad en adolescentes

imagen de una gaseosa


Las bebidas azucaradas carbonatadas, como el refresco, están fuertemente relacionadas con la obesidad y sus complicaciones. Sin embargo, un nuevo estudio realizado en Inglaterra, asegura que el consumo de estas bebidas también está asociado con un aumento en la agresividad de los adolescentes

En este trabajo de investigación, publicado en la Journal of Adolescent Health, se entrevistaron a más de 5 mil jóvenes y a sus tutores, los cuales informaron sobre los hábitos de consumo de sodas y episodios de comportamiento agresivo por parte de los jóvenes.

Los adolescentes que consumían refrescos entre los 11 y 13 años mostraban un claro comportamiento agresivo. Además, los jóvenes que presentaban ya un comportamiento agresivo a los 13 años eran más proclives a consumir mayores cantidades de refresco en el futuro.

Los encargados de esta investigación también comentaron que una reducción en el consumo de refresco pudo reducir el comportamiento agresivo, por lo que se puede concluir que este fenómeno es reversible.

Refresco y su relación con otros trastornos mentales en adolescentes


El crecimiento en el consumo de sodas ha sido paralelo al aumento de enfermedades emocionales en los adolescentes desde la década de los 80 hasta principios de este siglo. Otros problemas mentales como la hiperactividad, depresión y conducta suicida están relacionados con el consumo de refrescos. 

niño

Un ensayo parecido encontró que el consumo diario de este tipo de bebidas se asoció con conductas agresivas en forma de peleas y acosos, además de incrementar el nerviosismo y la irritabilidad en jóvenes. 

Se ha comprobado que el consumo regular de refrescos (dos veces al día) puede provocar problemas en el sueño así como incrementar la ansiedad y los pensamientos suicidas en jóvenes y niños.

Por último, es importante decir que aunque el consumo de estas bebidas contribuye a los problemas emocionales, también es justo mencionar que los propios problemas emocionales pueden estar impulsando el consumo de bebidas azucaradas como los refrescos.